Mezuak

Data honetako argitalpenak ikusgai: urtarrila, 2021

La promesa

A ella le parece que lleva muchísimo tiempo sin estrechar a un hombre entre sus brazos. Demasiado. Si ligar en Euskadi ya es difícil, con el confinamiento por la pandemia del maldito coronavirus, ya ni te cuento.  Así que decide que con el próximo hombre que se cruce en su camino no se andará con tibiezas ni con coqueteos previos, lo hará suyo y punto. Esa misma noche, se despierta con un ruido en el salón. Acude y hay un hombre con un saco. ¡Un ladrón! Iba a gritarle pero se acuerda de la promesa que acaba de hacerse. Si ha coincidido con el ladrón, pues que se le va a hacer, piensa a la vez que le planta un beso en los labios.  A la mañana siguiente se despierta con los ronquidos de su orondo amante. Pero hay más. Desde todas las casas vecinas le llegan llantos de niños. De repente, se acuerda de la extraña indumentaria del ladrón, txapela, blusa negra, abarcas… horrorizada mira el calendario y este le confirma que se ha ligado al Olentzero en plena nochebuena.

La visita ardiente

  La visita ardiente É rase una vez hace muchos, pero muchos años, una pradera en la que todos los animales vivían en paz. Tanto era así que hasta se habían olvidado de todo aquello que estuviera relacionado con la maldad. Pero un día, entre las aves e insectos que surcaban los cielos, apareció un gran pajarraco verde. Cuando se posó en la pradera, todos pudieron observar con sorpresa que aquel extraño ser no era un ave sino un reptil con dos pequeñas alas. Como nunca se había visto nada igual, todos los animales de la pradera dejaron lo que estaban haciendo y vinieron a contemplar al recién llegado. - ¿Y tú quién eres? - Le preguntó el oso - Vaya una pregunta, ¿acaso no sabéis que soy un dragón? ¿La más malvada de todas las criaturas? - ¿La más qué? - se preguntaron la mayoría casi al unísono. - Sí, jolín, la peor de todas, la más temida. El resto de animales seguía sin entender un pimiento. - Pero vamos a ver, - les dijo el dragón empezando a perder la paciencia- ¿no os parezco realm

El suspenso

Maldito el día en que se me ocurrió apuntarme a esta oposición. Cada vez tengo más claro que ésta es una más de las numerosas tonterías que he cometido a lo largo de mi vida. Octavo pabellón. La letra M. Unas veinte personas  a mi izquierda, quién sabe cuantas a la derecha, unas cuarenta filas atrás y otro incalculable número adelante. Un señor que no para de dar órdenes por la megafonía; no escribir nada todavía, no fumar, dejar el  DNI en la mesa …  Me resulta increíble que en estos momentos me invada un sentimiento de soledad enorme. Rodeado de unas cinco mil personas pero más solo que la una. Miro a mi alrededor sin fijarme en nada en concreto, evitando cruzar miradas con nadie. Gente de todo tipo; jóvenes la mayoría, aunque maduricos también bastantes, calvos, greñudos, rubias, morenas, gafas, piercings, gomina … Ya han dado las diez, cada vez tengo más ganas de acabar con esta pesadilla. Parece que va empezar por fin. El señor de la megafonía ya casi amenaza más que ordena. Santa

Metamorfeosis

 Metamorfeosis El regional recorta el perfil de la sierra de Guadarrama devorando cuantos pinos y marojos encuentra a su paso. Llegado a su punto más alto el regional es ya un enorme tren que poco tiene que envidiar al más moderno de los TAVs. Hasta que se mete en el túnel de Navalgrande. Lo que sale por la otra boca es un cilindro puntiagudo que despliega unas enormes alas y emprende el vuelo convertido en un avión de pasajeros. Justo en ese momento despierto sobresaltado tras observar el paisaje imponente de un gran valle a través de la ventanilla. “Tranquilo que estamos bajando a Ávila, nos quedan casi dos horas todavía” me dice la compañera entomóloga con la que voy a un congreso de plagas forestales en Palencia.

La persecución

En un extremo del Sistema Solar dos cometas coinciden a “solo” unos pocos millones de kilómetros. Han pasado varios eones desde la última efeméride, así que ambos tienen muchas ganas de confraternizar y de paso ponerse al día. - ¿Qué tal te va? colega. - Pues qué te voy a contar que tú no sepas … que entre los satélites y la  basura cósmica que produce el planeta azul se nos está complicando mucho la existencia. Hace poco cerca de la órbita de Saturno no me la di con un trozo de chatarra de esos por las chispas de una cola - Yo también  he tenido varias escapadas como la tuya pero  lo más curioso me ocurrió en la misma órbita del planeta azul ese que dices.  Iba yo tan tranquilo, observando las numerosas novedades ocurridas desde que surgió la vida, y sobre todo  desde la aparición del mono erguido  que tanto está cambiando el planeta, cuando me percaté de que había tres personajes de lo más pintoresco que parecían fijarse en mí. Desde ese momento empecé a vigilarlos con más frecuencia