La promesa

A ella le parece que lleva muchísimo tiempo sin estrechar a un hombre entre sus brazos. Demasiado. Si ligar en Euskadi ya es difícil, con el confinamiento por la pandemia del maldito coronavirus, ya ni te cuento.  Así que decide que con el próximo hombre que se cruce en su camino no se andará con tibiezas ni con coqueteos previos, lo hará suyo y punto. Esa misma noche, se despierta con un ruido en el salón. Acude y hay un hombre con un saco. ¡Un ladrón! Iba a gritarle pero se acuerda de la promesa que acaba de hacerse. Si ha coincidido con el ladrón, pues que se le va a hacer, piensa a la vez que le planta un beso en los labios. 

A la mañana siguiente se despierta con los ronquidos de su orondo amante. Pero hay más. Desde todas las casas vecinas le llegan llantos de niños. De repente, se acuerda de la extraña indumentaria del ladrón, txapela, blusa negra, abarcas… horrorizada mira el calendario y este le confirma que se ha ligado al Olentzero en plena nochebuena.

Iruzkinak

Blog honetako argitalpen ezagunak

Metamorfeosis

El suspenso